El presidente Gustavo Petro y el ministro del Interior designado, Juan Fernando Cristo.

Juan Fernando Cristo llegó a la Casa de Nariño con claridad y voz de mando. Lo primero que hizo fue explicar los términos de la constituyente promovida por el gobierno. Dijo que va a tramitarse por el Congreso, luego de un “acuerdo nacional”, y que su convocatoria final se hará después del 2026, ahuyentando el fantasma de la reelección del presidente Gustavo Petro.

Pero un día después de sus declaraciones, Petro lo estaba matizando por Twitter (ahora X). La nueva dosis de ambigüedad del presidente entorpece desde el arranque los esfuerzos de Cristo para persuadir a otros sectores políticos a unirse. Sobre todo después de una fría recepción desde el centro y la derecha, y duras críticas desde las altas cortes.

Estas son las cuatro grandes diferencias que tienen Petro y Cristo frente a la constituyente, un tema que es, a su vez, el pegamento de su sorpresiva alianza, y el nuevo foco de tensión en el alto gobierno:

1. Cristo piensa en el Congreso y Petro en la agitación social

Cristo ve en el Congreso el único camino para la constituyente. El nuevo ministro descartó sin matices los mecanismos por fuera de la Constitución que Petro permitió que su gobierno promoviera. Entre ellas, la teoría sin sustento jurídico del excanciller, Álvaro Leyva, sobre la posibilidad de convocar la constituyente por un párrafo del Acuerdo de Paz con las Farc. 

Pero un día después, el presidente volvió a identificar la constituyente con el “poder constituyente”, el término con el que impulsa un cambio radical a la Constitución de 1991, y que le ha servido para movilizar a sus bases sociales para respaldar su creciente radicalismo en contra del establecimiento político y económico.

Petro sostiene que la constituyente, como mecanismo de participación, es una de las figuras en las que se puede manifestar el “poder constituyente”, pero no la única. La llegada de Cristo al gabinete no va a desactivar los otros vehículos con los que ha intentado concretarlo, como las constituyentes universitarias.

“El propósito de avanzar en la constituyente no es contradictorio con el poder constituyente. Se complementan. Existen otros mecanismos para hacerlo realidad. Sólo un pueblo movilizado puede generar que las instituciones hagan las reformas sociales que el país necesita”, dice el representante por Bogotá, Gabriel Becerra, del Pacto Histórico.

Mientras Cristo ve en la constituyente el resultado final de un largo proceso de diálogo con diferentes actores, Petro lo entiende como parte de su caja de herramientas para la agitación social.

2. Cristo propone una agenda a pactar y Petro tiene listos los temas

Cristo dice que la constituyente se va a tramitar luego de pactar un acuerdo nacional con un “temario acotado” para reformar. También justificó su voltereta frente a la constituyente diciendo que la propuesta que promovía el gobierno Petro no era fruto de un acuerdo, sino de una “imposición de un sector a otro”.

Petro, sin diálogo alguno, tiene listos los nueve temas que le parecen indispensables para la constituyente. Es una lista abarcadora: la reforma agraria, la adaptación a la crisis climática o “la verdad judicial y el perdón social para una paz definitiva”, un tema que está en la base de su política de paz total, y con el que ha criticado a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) diciendo que sus decisiones judiciales “fragmentan la verdad” sobre el conflicto armado.

Petro y Cristo coinciden en un rediseño del ordenamiento territorial, uno de los nueve temas que propuso el presidente. En Marcha, el movimiento de Cristo, presentó en el Congreso un proyecto de ley para modificar el Sistema General de Participaciones (SGP), de donde sale la plata que el gobierno central le gira a las regiones.

El autor del proyecto es Guido Echeverri, aliado de Cristo, quien también está metido en el referendo de autonomía fiscal que impulsa el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, del Centro Democrático.

El analista Gonzalo Araújo, codirector de Orza, sostiene que, más allá de la constituyente, Petro y Cristo están aprovechando su acuerdo político para posicionar grandes banderas de cara a las elecciones presidenciales del 2026. “Cristo tiene un gran olfato político. Respaldó la idea de la constituyente cuando entendió que se trata de una plataforma político-electoral para movilizar a la gente en el 2026”, dice.

3. La constituyente de Cristo es opcional y la de Petro es inevitable

En entrevista con Blu, Cristo no descartó la posibilidad de que el resultado del diálogo que piensa liderar sea que la Constitución de 1991 no deba reformarse. Para Petro parece ser un deber que no puede eludirse. 

El presidente dio tres argumentos

En primer lugar, lo que considera una “contrarreforma” a la Constitución del 91, y en la que incluye la transformación de “los derechos en simples mercados y negocios”. Este es el objetivo fundamental de las principales reformas del gobierno Petro: sacar al sector privado de los roles que pueden cumplir en sectores como la salud, la educación, o el mercado eléctrico, y por los que ganan plata.

“La Constitución no ordenó ni el neoliberalismo ni la gobernanza paramilitar que hemos tenido”, trinó el presidente.

El segundo argumento es que el Congreso no ha desarrollado en leyes las disposiciones constitucionales, como una ley orgánica de ordenamiento territorial, o un estatuto del trabajo “para dignificar la vida laboral”.  

En el tercer argumento empaqueta el Acuerdo de Paz, la adaptación a la crisis climática y su política de paz total como hechos políticos que requieren de una nueva constitución para hacerse realidad.

El analista Héctor Riveros asegura que tanto Cristo como Petro han demostrado que no tienen intenciones reales de impulsar una constituyente. “No existe un acuerdo ni caminos para lograrlo. Y, además, la arquitectura institucional colombiana tiene la virtud de que sus mecanismos de reforma están diseñados para que funcionen en casos extremos, mediados por un gran acuerdo que lo permita”, dice Riveros.

4. Petro critica el Acuerdo de Paz para agitar la constituyente, y Cristo no

El presidente sostiene que el incumplimiento al Acuerdo de Paz es una de las razones para convocar una constituyente. Petro no sólo ha criticado la implementación del acuerdo por parte del gobierno Duque, sino que ha dicho que las instituciones que el gobierno Santos diseñó para hacerlo condenaron sus metas al fracaso.

Cristo es uno de los arquitectos políticos y jurídicos del Acuerdo de Paz. Como minInterior de Santos, lideró el paquete de normas que aterrizaron el acuerdo en el Congreso. En su declaración como ministro de Petro, Cristo dijo que una de sus prioridades es impulsar su implementación, de la que este gobierno también es responsable por sus incumplimientos.

Ese foco de tensión entre Petro y Cristo se libra mientras el gobierno se prepara para presentar, el 11 de julio, su informe sobre la implementación del acuerdo ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en Nueva York, a donde el presidente dijo que iba a denunciar al Estado colombiano por no “querer cumplir” el acuerdo, una intención que luego matizó el canciller Murillo. La JEP calificó esa movida de Petro como una “autodenuncia” por parte del presidente.

Cubro al gobierno del presidente Gustavo Petro en La Silla Vacía. Estudié Periodismo en la Universidad de Antioquia.