El 29 de octubre se dibujó un nuevo mapa político regional hasta 2027. Estos son los puntos claves que muestran los resultados en los seis principales departamentos de Colombia y sus capitales:  

Bogotá: castigo capital a Petro 

En Bogotá, la victoria de Carlos Fernando Galán en primera vuelta con el 50 por ciento de la votación y 1,4 millones de votos es leída como un golpe al petrismo. Galán no solo obtuvo una cifra histórica en la ciudad, sino que además le sacó 31 puntos por encima a Gustavo Bolívar, el candidato del presidente Gustavo Petro, que obtuvo solo 570 mil votos. 

Pero Bolívar no solo no logró que hubiera segunda vuelta en Bogotá. Además, quedó en tercer lugar por debajo de Juan Daniel Oviedo, el exdirector del Dane de Iván Duque, quien obtuvo el 20 por ciento de la votación y 614 mil votos. 

El mismo Bolívar dijo tras su estrepitosa derrota que se trató de un “voto castigo”. También dijo que el Pacto Histórico se ha ‘fracturado’ y ” han cometido errores” y ahora “hay que recoger los pedazos de nuestro partido y volver a ser la principal fuerza de Colombia”. 

El representante liberal Juan Carlos Lozada aseguró que “hay un descontento muy grande en Bogotá con la gestión de Gustavo Petro y creo que por eso la izquierda se ve reducida a menos del 20 por ciento”. La peñalosista Lucía Bastidas también lee los resultados como un “golpe al petrismo”. 

Medellín y Antioquia: “Fico” borra al quinterismo y jalona al uribismo a su primera gobernación

Federico Gutiérrez arrasó con la votación más alta en la historia de Medellín. Con cerca de 690 mil votos, el 73%, superó por más 60 puntos porcentuales a su perseguidor, Juan Carlos Upegui, el candidato del exalcalde Daniel Quintero, cuya administración sale batiendo récords de impopularidad y con una derrota por knockout.

Upegui se queda por debajo de la barrera de los 100 mil votos en el preconteo, el 10%, dilapidando más de 200 mil votos si su votación se compara a la que obtuvo Quintero en las elecciones del 2019 (303.420). En contraste, “Fico” aumenta en poco más de 440 mil votos su caudal electoral frente al 2015 (244.636) y saca la diferencia más abultada entre el primero y el segundo desde que existe la elección popular de alcaldes. En 2015, cuando ganó por primera vez, Gutiérrez sólo le sacó el 1.32% al uribista Juan Carlos Vélez. 

La votación de Gutiérrez es incluso mayor a la que obtuvo en Medellín durante la primera vuelta de las presidenciales del 2022. En aquella oportunidad, “Fico” sacó 603 mil votos, el 54%, aventajando al entonces candidato Gustavo Petro por cerca de 30 puntos porcentuales. La fuerza electoral de “Fico” es tal que, con el 94% de votos escrutados, uno de cada cuatro votos se depositaron por su lista al Concejo de Medellín, y el exsecretario de Seguridad, Andrés Tobón, ya es el candidato al concejo más votado en la historia de la ciudad (40.652). En este momento, Tobón tiene más votos que 12 de los 14 candidatos a la alcaldía.

La aplanadora de “Fico” le ayudó al uribista Andrés Julián Rendón a ganar la Gobernación de Antioquia con comodidad. En Medellín, Rendón obtuvo poco más de 424 mil votos, el 46% de toda la votación de la ciudad. En el preconteo de Medellín superó por 31 puntos porcentuales al exgobernador Luis Pérez, quien obtuvo 136 mil votos (15%). Con estos números, Rendón prácticamente duplicó en la ciudad la votación del senador Andrés Guerra (232.909), candidato a la gobernación del Centro Democrático en 2015. Aquella vez, Guerra también ganó en Medellín, pero sólo le sacó 32 mil votos al entonces candidato Aníbal Gaviria, y el actual gobernador recortó esa brecha con su fuerza en las subregiones.

Rendón complementó el impulso de “Fico” con sus buenos resultados en los demás municipios del Valle del Aburrá, donde se concentra el 60% del electorado del departamento. El uribista ganó en 7 de los 9 municipios que componen esta subregión. En algunos lo hizo con una gran diferencia. En Envigado, por ejemplo, sacó el 54% de los votos. Este municipio, uno de los más ricos del departamento, es el fortín electoral de los llamados liberales de Envigado, que lo estaban respaldando. 

Rendón, finalmente, hizo los deberes en su casa, el oriente antioqueño, y se llevó el triunfo en 18 de los 23 municipios de esa subregión. En Rionegro, donde fue alcalde entre 2016 y 2019, se llevó la mitad de todos los votos. Con eso, Rendón se acerca a los 950 mil votos en el preconteo y le saca 13 puntos porcentuales a Luis Pérez, asegurando la primera gobernación del Centro Democrático con candidato propio, como lo anticipó Atlas.

Bucaramanga y Santander: la clase política se reinventó con el discurso de la mano dura 

Con 422 mil votos el nuevo gobernador de Santander es Juvenal Díaz Mateus. Y con 91 mil votos el nuevo alcalde de Bucaramanga es Jaime Andrés Beltrán. 

Los dos nuevos dirigentes del departamento tienen en común que su campaña estuvo cimentada en el discurso de combatir la delincuencia y la inseguridad. Un discurso que pasó la página del anticorrupción que había implantado Rodolfo Hernández. 

Y se vendió como pan caliente: el gobernador electo le sacó 220 mil votos de diferencia al segundo en votación, Héctor Mantilla, el candidato promovido por el clan Aguilar y la maquinaria de la Gobernación; y Beltrán sacó 53 mil votos más que el candidato verde Carlos Parra, quien promovía un discurso contra la mafia política que incluía a Beltrán.

El problema de la inseguridad aqueja a todo el país, pero ambos candidatos supieron capitalizarlo, personificando la solución.

Díaz Mateus, como uno de los seis altos mandos del Ejército que Gustavo Petro dio de baja hace un año y que, según él, va a remediar errores de este gobierno. Beltrán autoproclamándose el Bukele de Bucaramanga, con frases de campaña como crear un “plan candado” para la ciudad.  

Además del discurso, tanto Díaz Mateus como el pastor Beltrán buscaron mantener su imagen al margen de las prácticas políticas y dirigentes tradicionales. En sus tarimas de celebración ayer, solo había familiares y coequiperos. No se tomaron la foto con los gamonales alzando su mano. 

Pero su estirpe tradicional quedó probada en el día D. 

En la campaña del nuevo alcalde, hubo varios aliados políticos. Pero sobre todo la estructura de la fe fue fundamental. En la iglesia de la familia de Beltrán, Camino a la Libertad, reclutaron 3 mil personas durante toda la semana para hacer de testigos electorales y capitanes, para movilizar votantes a su favor.  

Ese “ejército de los 3 mil”, como el mismo candidato los nombró, quedó en evidencia con todas las personas con gorras blancas y un escudo verde que rodearon los puestos de votación y celebraron en la sede de Beltrán su triunfo. 

Por su parte, el general Díaz Mateus tenía de su lado a varios de los clanes políticos más organizados del departamento, empezando por el de sus hermanos: el exsenador condenado por la yidispolítica, Iván Díaz Mateus, y el representante a la Cámara conservador Luis Díaz Mateus. 

Ambos fueron voceros políticos del general y eran los encargados de tejer las alianzas a alcaldías, concejos y Asamblea en cada municipio. Mientras el candidato hacía el ejercicio de contacto con la gente, sus hermanos contactaron a los otros políticos.

En ambas contiendas los hoy ganadores tenían competidores que representan la política tradicional y otros que son independientes. El triunfo de Díaz Mateus y Beltrán, es el triunfo de campañas que en vez de alejarse de esas dos orillas, lograron combinarlas y sacarles provecho.  

Díaz Mateus sacó cuarenta mil votos más que Mauricio Aguilar, político tradicional, hace cuatro años. Y además conquistó con 103 mil votos a Bucaramanga, donde el voto antipolíticos se había consolidado en las dos últimas elecciones. En la capital del departamento le sacó 47 mil votos de diferencia a Ferley Sierra, el candidato verde que representaba esa campaña contra la clase política tradicional. 

Por su parte, Beltrán sumó 91 mil votos. Esos son 50 mil más que con los que quedó de segundo en 2019. Y aunque no logró superar el récord del actual alcalde Juan Carlos Cárdenas, quien apadrinado por Rodolfo sacó 140 mil votos, es muy significativo que lograra sacarle más de la mitad de sufragios al segundo. Sobre todo en una elección tan dividida por la amplia baraja de candidatos (13 llegaron a las urnas y cinco obtuvieron más de 20 mil votos cada uno). 

Cali y Valle: Dilian manda en el departamento, pero Éder le hace contrapeso en Cali

Alejandro Éder encontró el equilibrio entre la maquinaria y la opinión. El resultado fueron más de 300 mil votos que lo convirtieron en el nuevo alcalde. En ninguna de las encuestas que lo daban como ganador, entre ellos la de Atlas Intel para La Silla Vacía, alcanzaba el 40% que finalmente logró. Superó su votación de hace cuatro años por más de doble e incluso la del actual alcalde Jorge Iván Ospina, que ganó con 298 mil. 

Roberto Ortiz, por su parte, tuvo un día solitario. Sus 220 mil votos, 28% del total, saben a poco, después de puntear las encuestas desde que arrancó la campaña. Solo 20 mil votos de más respecto a hace cuatro años, cuando no contaba con la maquinaria Liberal, ni del Partido de La U. Su apuesta por las estructuras fue insuficiente o no fue recíproca. Ante los resultados, no subió a la tarima para dar su discurso de cierre. 

Donde las maquinarias sí mostraron músculo fue en el Valle donde volvió a ganar Dilian Francisca Toro. Con 694 mil votos, 42% del total, La U y el grupo político Nueva Generación extenderá su dominio a 12 años. Además de la Gobernación, La U se quedó con 26 de los 42 municipios del Valle del Cauca, 16 con candidatos propios (antes tenía 9) y 10 coaliciones. 

Sin embargo, el triunfo mostró que la hegemonía de Dilian tiene grietas y los rasguños en su imagen costaron. Hace cuatro años, Clara Luz Roldán, sucesora de Toro y actual gobernadora, sacó 945 mil votos, más de 200 mil más que los de Toro en carne propia este año.  Además, el voto en blanco nubló su victoria con más de 450 mil votos en total, 235 mil en Cali. Entre Ferney Lozano, opositor, y Tulio Gómez, inhabilitado, suman más de 300 mil votos. 

Barranquilla y Atlántico: doblete y votación histórica para los Char

Álex Char es elegido alcalde de Barranquilla con la votación más alta del charismo en una contienda por ese cargo: 412 mil votos. Con eso y el triunfo de su aliado Eduardo Verano en la Gobernación del Atlántico, la casa Char ratifica su poderío cimentado en popularidad y maquinaria. 

La votación más alta del charismo en Barranquilla la tenía el propio Char, en 2015, cuando sacó 352 mil votos. Estos números superan esa cifra y ratifican la aprobación de su clan pese al momento complejo por el escándalo de compra de votos que tiene preso a Arturo Char, hermano de Álex. 

El voto en blanco, que recoge la indignación de votantes que no encuentran alternativas confiables al clan Char, también se redujo: pasó de 79 mil a 58 mil. Y el Pacto Histórico, pese a tener presidente, tampoco pesó en la ciudad. De hecho, el candidato de esa coalición, Antonio Bohórquez, también redujo su votación respecto al 2019: de 66 mil pasó a 52 mil votos. 

Por otro lado, el gran triunfo de los Char, o por lo menos el que no estaba cantado, es el de Verano en la Gobernación del Atlántico. Eso porque los Char fueron los que inclinaron la balanza. Verano se empezó a despegar de su contrincante Alfredo Varela cuando la casa Char hizo su adhesión oficial, según mostró la encuesta Atlas Intel. 

La contienda entre Verano y Varela era la reedición de la elección de 2015, cuando Verano también tenía el apoyo de la casa Char. En esa ocasión ganó por solo ocho mil votos. Pero esta vez la diferencia fue más amplia: 198 mil votos. Verano pasó de 349 mil a 535 mil votos. 

Varela recogió el apoyo de sectores políticos tradicionales inconformes con Verano-Char y del Pacto Histórico, del que intentó tomar distancia. Varela, según la encuesta Atlas Intel, no logró recoger el apoyo de lleno del votante de Petro y la derecha (el votante de Rodolfo) se fue mayoritariamente con Verano. 

En todo caso, ese triunfo de los Char con Verano tiene un matiz. En la Gobernación pasan de tener un alfil que viene de sus entrañas, como lo es Elsa Noguera, a tener a Verano, que es un aliado con mucha dependencia del clan. 

Cartagena y Bolívar: la política tradicional regresa sobre el fracaso de Dau

El exgobernador de Bolívar Dumek Turbay es el nuevo alcalde de Cartagena. Turbay es un político tradicional, que tuvo el apoyo de los principales caciques de la ciudad, como los clanes parapolíticos Blel y Montes y su primo, el senador Lidio García. 

La elección muestra una derrota contundente al modelo del alcalde saliente William Dau, que ganó en 2019 con un discurso anticorrupción, pero que termina su mandato con una alta impopularidad. Su grupo ni siquiera llevó candidato propio y la candidata que apoyó, Judith Pinedo, en campaña intentó alejarse de los guiños que él le hizo y quedó de tercera. 

Además, Turbay sacó 159 mil votos, 45 mil más que Dau hace cuatro años. Que el ganador sea Turbay es un golpe doble para Dau, pues desde su gestión como alcalde lo confrontó públicamente y atacó su campaña. Turbay ganó la Alcaldía mostrándose como la antítesis de Dau: un político con experiencia y capacidad de ejecución.

A eso se le suma que el candidato alternativo que quedó en segundo lugar, Javier Julio del Pacto, se hizo conocido por hacerle oposición a Dau desde el Concejo.

El triunfo de la política tradicional también se ratificó en Bolívar, donde el clan Blel salió fortalecido. Ellos mantuvieron el poder en la Gobernación con la victoria del exrepresentante Yamilito Arana, y sus números mejoraron. Arana sacó 590 mil votos, 206 mil más que Vicente Blel Scaff hace cuatro años. 

Cundinamarca: Rey coronó otra vez con más votos que su pupilo

La victoria de Jorge Rey en Cundinamarca no fue sorpresa para nadie. El candidato que ya había estado en ese cargo entre 2015 y 2019 punteaba en todas las encuestas y hoy reafirmó su popularidad en ese departamento. Obtuvo el 57% de la votación y 722.800 apoyos. 

En 2015 Rey llegó a la gobernación con 540 mil votos y el 53% de la votación. En 2019  le entregó las llaves de la gobernación a su pupilo, Nicolás García, quien sacó 634 mil votos y el 55% de la votación. Ahora este le devuelve a Rey el poder, quien tenía detrás de su candidatura a 13 partidos, entre ellos, Fuerza de la Paz, Colombia Renaciente, Cambio Radical, La U, a los liberales y Mais. 

En segundo puesto quedó la uribista Nancy Patricia Gutiérrez, quien obtuvo solo el 10% de la votación y 135 mil votos. Ella también había competido con Rey en 2015.  Y en tercer lugar quedó la candidata del Pacto Histórico, Liliana García, con 83 mil votos, una cifra alta para las expectativas pues la candidata marcaba en las encuestas por debajo del voto en blanco. 

Rey ha logrado construir una estructura con la maquinaria de los partidos y amigos en varios municipios de Cundinamarca, pero también con las Juntas de Acción Comunal a las que empoderó durante su gobernación equipando sus oficinas con computadores y dándoles la ejecución de obras importantes en el departamento, que le permitieron mostrar resultados. Su mamá era líder comunal y fue un puente entre Rey y los comunales. 

García, su heredero político, logró en su gobierno reforzar la política que busca mejorar las condiciones económicas de los campesinos de los municipios para que reciban precios más justos por sus productos. 

En paralelo, la victoria de Rey en Cundinamarca y de Galán en Bogotá genera una expectativa, pues tendrán que trabajar juntos en la Región Metropolitana, pero ambos son enemigos políticos por las denuncias sobre presunta corrupción en los cambios del uso del suelo que ha hecho Galán desde que era senador. Rey ha definido a Galán como “ignorante, perverso y falaz”.