Hace cuatro años, en el norte de Bucaramanga, sector popular de la ciudad, muchos líderes barriales promovían el voto por Juan Carlos Cárdenas (actual alcalde) por ser el apadrinado de Rodolfo Hernández. 

En estas elecciones en Bucaramanga hay otro candidato que está en el voz a voz de los capitanes de esa zona de la ciudad por ser ahijado de un exmandatario. Se trata de Luis Roberto Ordóñez, conocido en Santander porque su familia es megacontratista de obras de infraestructura. 

Sin experiencia en política, Ordóñez llega apadrinado por el exalcalde liberal destituido e inhabilitado en 2011, Fernando Vargas. A diferencia de otros candidatos a la Alcaldía que ocultaron los respaldos de caciques políticos durante toda la campaña, En la publicidad de Luis Roberto, Vargas le alza la mano. 

“Con él volvemos a tener la universidad del pueblo que hizo el doctor Vargas”, le dijo a La Silla una de las líderes de camisa rosa que hoy está en las calles promoviendo su voto. 

Además del padrinazgo, Luis Roberto tiene la avanzada más visible en el día electoral. Las camisas rosadas pululan en los sectores populares de la ciudad que visitó La Silla y según cuatro personas que las portaban, les pagaron 50 mil pesos por “ponerse la camiseta”. 

Y a la fórmula de padrinazgo y gran avanzada, Luis Roberto Ordóñez le agregó el repartir cartas prometiendo mejoramientos de vivienda en la última semana de la campaña. 

Lo visible de esa campaña en las calles contrasta con el hecho de que el candidato no marca en encuestas.

Su resultado será uno de los que mida qué tan desgastadas están las estructuras políticas tradicionales en Bucaramanga.