Andrea Mejía Fajardo.
Andrea Mejía Fajardo.

Napoleón comenzó sus guerras de la Coalición en 1803 –guerras que duraron 12 años–, reuniendo más de un millón de soldados solo en el ejército principal francés. El éxito militar de Napoleón y su gran enemigo y líder en la fabricación textil, Inglaterra, se vieron comprometidos debido al bajo suministro de lana para confeccionar uniformes, mantas y otras prendas que protegieran a los soldados del invierno.  

En 1813, el inglés Benjamin Law, observando esta necesidad de materia prima, inventó la primera máquina para reciclar prendas viejas en nuevas fibras.    

Hoy, desechamos 48 millones de toneladas de ropa en todo el mundo: 73% se incinera, 12% se reutiliza, 12% se recicla para otros fines y menos del 1% se convierte en nuevos textiles. El resto, basta con ver las imágenes del desierto de Atacama en Chile o Accra, Ghana.  

Algodón reciclado en los Olímpicos  

Los textiles se reutilizan usualmente en la fabricación de trapos o paños de limpieza necesarios en diversas industrias y gracias al cada vez más fuerte discurso de la importancia de la moda circular, el mercado de prendas de segunda crece y diseñadores como Alejandro Croker logran un upcycling creativo.  

En la economía circular la reparación, donación, reutilización y upcycling es parte fundamental para alargar la vida útil de las prendas. Pero en algún momento esa utilidad finaliza y la prenda termina en la basura. 

Ralph Lauren, diseñador y patrocinador de los uniformes del equipo de Estados Unidos para los Juegos Olímpicos, consciente de lo que podría significar una baja demanda de algodón para su marca, invirtió en la start up Natural Fiber Welding (NFW). 

El proceso de reciclaje mecánico consiste en triturar, rasgar y picar los textiles en algodón y lino pre y posconsumo (prendas de vestir, ropa de cama, toallas, otros) para pasarlos por un proceso de cardado. El resultado son fibras cortas, por lo que deben ser mezcladas con algodón virgen para garantizar la calidad del nuevo textil.  

NFW, fundada por el ingeniero químico Luke Haverhals, desarrolló un proceso donde une estas fibras cortas logrando crear fibras largas sin requerir algodón virgen. Las camisas polo del equipo de Estados Unidos en los Olímpicos 2024 son en algodón 100% reciclado de manera mecánica.  

En Colombia, Gustavo Lenis, presidente de Fabricato, entendió la oportunidad comercial de textiles de algodón con contenido de fibras recicladas, apostándole a cerrar el ciclo de las prendas por medio del reciclaje textil a textil.  

Por qué pensar en el reciclaje 

El mayor impedimento para escalar este reciclaje y garantizar la calidad del producto final está en la manera lineal del diseño y la mezcla de fibras con un mayor porcentaje de sintéticos provenientes del petróleo. Otro factor son los químicos tóxicos y metales pesados empleados en los acabados y tintura. 

Reciclar retal y prendas no solo evita la llegada diaria de toneladas de residuos textiles a vertederos, escalarlo permitiría disminuir de manera considerable la demanda de algodón virgen, permitiendo emplear ese suelo en el cultivo de alimentos o en proyectos de reforestación.  

Solo en Nueva York, el Departamento de Conservación Ambiental estima que los textiles desechados están valorados en unos 130 millones de dólares, mientras, a nivel mundial, se calcula que desechar las prendas de vestir representa una pérdida económica de 500.000 millones de dólares al año

Con el aumento del calentamiento global, la oferta de fibras naturales como algodón, lino y viscosa se verá afectada por la disminución en cultivos, incrementando el precio a nivel mundial. Escalar el reciclaje, mecánico o químico, permitiría a las empresas obtener materia prima de manera local, constante y no depender únicamente del suministro mundial ni de las fluctuaciones del mercado de algodón.  

Es el futuro próximo 

La estrategia para un sector textil sostenible y circular de la Unión Europea plantea que para el 2030 los textiles deben ser “duraderos y reciclables, fabricados en gran medida con fibras recicladas, libres de sustancias peligrosas y producidos con respeto de los derechos sociales y del medio ambiente.”  

Más que una exigencia es el camino correcto si el objetivo es el desarrollo sostenible. Colombia tiene las herramientas para ser productor de moda circular, un ejemplo es la marca 7 1 9 1 donde las prendas son diseñadas para facilitar el cierre de ciclo posible hoy gracias a Fabricato.  

Para Fabricato, explica Valeria Ochoa Franco, gerente de innovación y desarrollo, “es importante tener una oferta de productos reciclados en el mercado, pero debe ir acompañada de la educación al consumidor final, esta es una labor que debemos realizar los productores textiles, transformadores y marcas como actores de la industria, entendiendo que es necesario conectarnos con los entes gubernamentales y educativos para construir un camino sólido que nos permita sostener estas prácticas a futuro.” 

Fomentar el cierre de ciclo de las prendas en Colombia mejoraría las condiciones de trabajo y crearía nuevos puestos y productos de alto valor agregado, reduciría la dependencia de materias primas vírgenes externas y aportaría de manera considerable a reducir las emisiones generadas por el sector. Lograrlo requiere cambios en la manera en cómo funciona el sistema, pero, sobre todo, en la cultura empresarial. 

Renewcell 

En el 2021 tuve la oportunidad de entrevistar a Harald Cavalli-Björkman de Renewcell, la primera empresa de reciclaje químico en abrir una planta comercial. Mi felicidad y la de otros entusiastas se vio opacada a inicios de este año con el anuncio de bancarrota. 

Los dos principales problemas que llevaron a esta decisión fue la dificultad en la coordinación de los complejos procesos en la cadena de suministro ubicados en diferentes países. El otro, el incumplimiento de compra de varias marcas: el precio de circulose es casi un tercio más alto que la madera requerida para la producción de viscosa, un factor que mientras no se incremente la demanda y se escale la tecnología no tendrá pronta solución.  

Parece ser que estamos más enfocados en el discurso alrededor de la economía circular y no su implementación. No solo en las empresas, lo vemos en el sector público y la sociedad, hablamos de economía circular y su importancia, pero nuestros hábitos, cultura y toma de decisiones siguen basándose en una economía lineal. ¿Estamos dispuestos a pasar del discurso a la acción? 

La buena noticia es que nuevos inversionistas y marcas entendieron el potencial y necesidad de soluciones como Renewcell, entonces veremos una segunda etapa de la start up sueca.  

Notas finales: 

  1. Quienes deseen reciclar sus prendas en algodón pueden encontrar puntos de recolección en las tiendas de Fabricato en Bello, Bogotá y Cúcuta. La empresa también comparte información en redes sociales de cómo las personas pueden reciclar sus prendas. 
  1. Durante el programa de simbiosis industrial 2023 realizado por Cornare, Corporación Empresarial del Oriente Antioqueño (CEO) y Circulatam, se realizó un piloto de reciclaje textil de ropa de cama de la clínica Somer en alianza con Fibretex. Pero la resolución 1842 de 2009 prohíbe el reciclaje de textiles post consumo en la fabricación de colchones y colchonetas. Fomentar la circularidad requiere una profunda revisión y actualización de leyes y normativas.  

Diseñadora de moda, periodista y magíster en ciencia política de la Universidad de los Andes. Apasionada de la economía circular y responsable de la investigación, capacitación, comunicación, entre otros, relacionados con la economía circular en los sectores de moda, construcción, plásticos...