Foto: Presidencia

Esta semana estaba previsto un desayuno para presentar una directiva presidencial que desde hace dos años viene trabajando el gobierno Petro con la Relatoría para la Libertad de Prensa de la Cidh para evitar que los funcionarios públicos –del presidente para abajo– estigmaticen a los medios. Se trata con un documento con una directivas para que el gobierno garantice no solo la libertad de prensa y expresión, sino también un entorno de deliberación respetuoso, diverso y transparente.   

No es claro por qué se canceló el desayuno y si tuvo que ver con la más reciente confrontación del presidente con periodistas y sus ataques a la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip). Pero La Silla estableció que la directiva está lista y solo le falta la luz verde de Petro.

Así se lo confirmó a La Silla Juan David Moreno, jefe de comunicaciones de la Presidencia: “Tenemos previsto sacar la directiva de acá a la próxima semana”, aseguró el funcionario que trabaja de la mano de Laura Sarabia, la directora del Dapre. “Ya pasó por revisión jurídica, y estamos a la espera de la firma del presidente. Es de una importancia central”, agregó Moreno.

La Silla también confirmó que la directiva ya cuenta con el visto bueno de Sarabia, mano derecha del presidente. 

La única interrogante es si ahora el presidente aprovechará la directiva para sacar una bandera blanca y restablecer un canal de comunicación con los periodistas. O, si el aplazamiento del desayuno para socializar la directiva es otra señal de que el presidente ha decidido radicalizar su discurso aún más frente a la prensa. La discusión de la directiva llega cuando la relación del presidente con la prensa es cada vez más tensa, tras sus ataques a la Flip con la difusión de desinformación.

La historia de la directiva

La idea de la directiva arrancó recién iniciado el gobierno. La iniciativa fue de Germán Gómez, entonces jefe de prensa de Casa de Nariño y ahora cónsul en Buenos Aires, Argentina. Gómez venía de ser periodista de El Espectador y sabía de los riesgos que planteaba para el gobierno y la democracia la constante confrontación del presidente con los periodistas en redes. Y creía que una directiva podía establecer unos canales más rápidos e institucionales para que Petro pudiera tramitar sus diferencias con los medios.

Así, entre marzo y abril del año pasado, el gobierno de Colombia le hizo una solicitud formal de apoyo técnico a la Relatoría de Prensa en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), cuya cabeza está Pedro Vaca, un colombiano que venía de dirigir la Flip en Colombia.

De hecho, Petro así lo reconoció en un tuit críptico en el que aceptaba “la invitación del relator interamericano de libertad de expresión de iniciar una mesa de trabajo para elevar este derecho y su responsabilidad a la convención americana”.

Desde entonces, la Relatoría de Vaca ha trabajado con la oficina de comunicaciones de Casa de Nariño en esa directiva presidencial. Básicamente, establece y define los deberes que tienen los funcionarios de la rama Ejecutiva para garantizar la libertad de prensa y orienta a los funcionarios públicos sobre los valores y mecanismos adecuados para interactuar con los periodistas y los medios.  En otras palabras, busca evitar estigmatizaciones como la más reciente del presidente contra la Flip o como la de la “prensa Mossad” que lanzó contra la periodista y opinadora María Jimena Duzán.

“Sin conocerla, pero entendiendo que sí toma los estándares más altos de libertad de expresión, una directiva así sí puede servir como una herramienta para frenar la estigmatización por parte de funcionarios públicos hacia periodistas”, dice Jonathan Bock, director actual de la Flip.

Bock ha sido víctima de todo tipo de hostigamientos por parte de las bodegas y de seguidores petristas desde que el presidente estigmatizó hace unos días a la Flip diciendo que era la “de Pacho Santos”. 

Es una afirmación falsa que tiene como sustento el que el exvicepresidente de Álvaro Uribe fue uno de sus fundadores hace 25 años, cuando era jefe de redacción de El Tiempo. Pero, como argumenta este chequeo de La Silla, desde que entró a la política Santos renunció a esta organización. El presidente Petro lo dijo con el objetivo de descalificarla como “uribista”, a pesar de que su junta directiva está integrada principalmente por periodistas con una tendencia ideológica de izquierda y que entre sus principales defendidos en los últimos años está Hollman Morris, el periodista que ha convertido los medios públicos del gobierno en órganos de propaganda a favor de Petro.

La agresión del presidente a la Flip fue tan injusta, que en un gremio que se ha visto dividido en su defensa de la libertad de expresión alrededor de casos complejos como las individualizaciones que ha hecho Petro de Vicky Dávila, en este caso salió en bloque a rechazar las estigmatizaciones del presidente a la fundación que defiende la libertad de prensa en Colombia.

Con esta directiva o protocolo de Presidencia, el gobierno y el presidente Petro se obligarían a “defenderse” del cubrimiento que vean como injusto por parte de los medios por canales institucionales que no debiliten el trabajo de la prensa y que no incluyen el poderoso tuiter del presidente ni de ninguno de sus alfiles en el gobierno.  Pero para eso, el presidente tendrá que primero firmarla.

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...