Ilustración de ERRE (detalle)

La lucha por el aborto no ha concluido. El lunes 21 de febrero, la Corte Constitucional tomó la decisión de despenalizar el aborto hasta la semana 24 de gestación (sentencia C-055 de 2022) y mantener las tres causales después de ese período, que ya habían sido despenalizadas 17 años atrás (sentencia C-355 de 2006).

Esta decisión es un hito para la garantía efectiva de los derechos de las mujeres y personas gestantes. Esta decisión produjo júbilo del lado de quienes han respaldado esta causa por décadas. Sin embargo, del otro lado, quienes se oponen a la decisión han iniciado acciones políticas que amenazan la vigencia efectiva de esta sentencia. ¿Cómo podemos ayudar a evitar el retroceso político que se está articulando y garantizar que se cumpla lo ordenado por la Corte?

Estrategias de actores antiaborto: retórica exagerada y organización política

Los actores políticos antiaborto se han activado desde el día de la decisión con un modo de proceder que ha tenido una parte comunicativa y otra de organización política. Su primera respuesta fue retórica. Han hecho énfasis en el caso límite despenalizado, es decir, en el aborto realizado a las 24 semanas.

Sin embargo, la experiencia de Estados Unidos y el Reino Unido evidencia que la gran mayoría de abortos se presentan en las primeras semanas de gestación. Los Centros de Prevención y Control de la Enfermedad (CDC) de Estados Unidos reportaron que para 2019, 92,7 % de los abortos se realizaron antes de la semana 13. Por su parte el Gobierno Británico reportó que 88 % de los abortos de 2020 se hicieron antes de la semana 10. Además, los datos ingleses muestra que los abortos antes de la semana 10 vienen aumentando en proporción desde el año 2010, como lo muestra la tabla a continuación:

“Porcentaje de abortos por período gestacional, Inglaterra y Gales, 2010 al 2020”

Tabla tomada de: Abortion statistics, England and Wales: 2020

El caso británico es relevante para el análisis del colombiano porque en esa jurisdicción el aborto está permitido hasta la semana 24 desde hace más de 50 años. En contraste con la realidad, los actores antiaborto exageran el caso menos común para activar el pánico moral. Esta estrategia debe ser controvertida con datos y argumentos porque corremos el riesgo de que personas razonables e incluso favorables a la despenalización caigan en la retórica del miedo.

Junto a la exageración del caso menos común, han llegado a activar mentiras absurdas, como la del expresidente Andrés Pastrana que relacionó esta decisión con el delito de aborto forzado cometido durante el conflicto armado. La decisión de la Corte se relaciona con el aborto por decisión y no despenaliza el aborto forzado.

Junto con la reacción retórica, están reviviendo estrategias organizativas de los grupos antiderechos para atacar sentencias moralmente divisivas (más sobre estas estrategias aquí). Por ejemplo, los actores antiaborto han deslegitimado a la Corte, como lo hizo el presidente Duque cuando afirmó que “cinco magistrados” no pueden tomar esta decisión “atroz” contra “la nación”. Afirman, además, que debe ser una decisión del Congreso.

Ilustración de ERRE

La otra movida política ha venido de líderes políticos en campaña, como el expresidente Uribe y el presidente del Senado, quienes han anunciado que apoyarán un referendo que modifique la Constitución para revocar la despenalización. De hecho, candidatas de la Misión Carismática Internacional que hacen política desde el Partido Liberal ya inscribieron un comité para iniciar la recolección de firmas. Finalmente, han iniciado llamados a la movilización en las calles como la que está citada para los próximos días.

Evidentemente, todas estas estrategias tienen propósitos electorales, en momentos en que la derecha es una fuerza política en descenso. Estos grupos fueron los mismos que usaron estrategias similares durante la campaña del plebiscito por el Acuerdo de Paz con el fin de movilizar votantes del “no”. (Ver Beltrán, W.M.; Creely, S. Pentecostals, Gender Ideology and the Peace Plebiscite: Colombia 2016. Religions 2018, 9, 418).

Explicar, defender e implementar como antídoto al retroceso

Ante este escenario, quienes defendemos los derechos fundamentales y el Estado Social de Derecho tenemos tres tareas urgentes que se han venido desplegando hace décadas por el movimiento feminista y que hoy tienen que expandirse por diversos sectores sociales.

Lo primero que debemos hacer es explicar muy bien tanto la sentencia como la situación actual del aborto en Colombia. Tal y como se argumentó extensamente en los procesos constitucionales, la penalización del aborto viola los derechos de las mujeres, como la vida, la salud, la dignidad, la libertad de conciencia y la igualdad. En este hilo Mónica Arango Olaya explica en términos sencillos la decisión:

Aquí está el comunicado de prensa ???? de la Sentencia C-055 de 2022. #igualdad #CausaJusta #corteconstitucional Los fundamentos de la decision: ????
1. No hay cosa juzgada porque (a) hay cuatro cargos aptos que no fueron valorados en la Sentencia C-366 de 2005; https://t.co/0WyqmhADN7— Monica Arango Olaya (@marangoolaya) February 22, 2022

Lo segundo es defender tanto a la Corte como a la decisión. La Corte es una institución central en nuestra democracia y para el desarrollo del derecho. Además, la Corte ha sido un pilar estructural para garantizar los derechos fundamentales de quienes sufren la injusticia y han sido históricamente discriminados.

Por otro lado, la sentencia es justa y es un gran logro del movimiento feminista. Tal y como lo estableció la Corte en su decisión, la penalización del aborto es una norma que viola varios derechos constitucionales.

Por ejemplo, constituye un obstáculo a la realización de la salud reproductiva; impone a las mujeres un modo particular de proceder, es decir, la maternidad; discrimina a las mujeres, particularmente a las más vulnerables; y viola los principios del derecho penal. Los argumentos a favor y en contra fueron escuchados. Incluso, se presentaron todo tipo de tácticas dilatorias como las recusaciones que fueron superadas después de casi dos años de trámites.

Con todo, la justicia no solo se logra en la Corte; su realización depende de nuestras acciones personales y políticas. Se requiere por tanto una apropiación social de la decisión para defenderla de políticos oportunistas que buscan explotar el miedo y las discrepancias morales para fortalecer proyectos autoritarios.

Finalmente, la sentencia debe implementarse. No se requiere ningún acto jurídico adicional para que la sentencia sea efectiva. Sin embargo, las sentencias se desarrollan por instituciones y personas que tradicionalmente han creado obstáculos y podrían generar nuevos. La forma como una sentencia se vive en la sociedad es crítica para hacer realidad la Constitución. Un ejemplo de desarrollo inmediato fue el primer aborto libre, legal y seguro hecho por Oriéntame al día siguiente de la decisión.

Una tarea pendiente de implementación la tienen tanto el Congreso de la República como el Gobierno nacional quienes recibieron un exhorto de la Corte para que se cree una política pública integral para que las mujeres y personas gestantes conozcan las opciones disponibles que tienen, que eliminen obstáculos para ejercer derechos sexuales y reproductivos, que desarrollen la educación sexual y reproductiva, entre otros. Por eso, es tan importante votar por candidatas/os que apoyen la despenalización del aborto porque de las/os funcionarias/os electas/os depende el desarrollo de esta sentencia.

Explicar, defender e implementar son acciones fundamentales para que la sentencia C-055 de 2022 genere justicia real y sin discriminación alguna. Además, son antídotos contra la exageración interesada, el retroceso político oportunista y la resistencia institucional a la realización de las interrupciones voluntarias del embarazo.

Abogado, activista LGBTI, bloguero (www.malbarracin.com), santandereano en el exilio. Apasionado por la política, los movimientos sociales y el derecho constitucional. Ex Director de Colombia Diversa. Mis opiniones en este blog no comprometen a la organización para la que trabajo.