Claves de baja de Galán en encuestas
Alcalde Carlos Fernando Galán. Foto: Twitter alcalde.

Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, se convirtió en el mandatario con la menor aprobación de las seis ciudades que mide la encuesta Invamer Poll. Con una favorabilidad del 47% y una imagen negativa del 44% en la medición del final de junio, Galán está lejos del 79% de aprobación que tiene el alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, el de mejor imagen en la medición de junio. 

El aumento de su desaprobación se ha hecho notar al interior de la Alcaldía, como reconoció el mismo alcalde. Según dijo, la caída se debe al tiempo que han pasado en el escritorio durante estos seis meses. “Es un semestre de mucha planeación, porque está el Plan de Desarrollo, están las reuniones con absolutamente todos los organismos o grupos representativos de la ciudadanía”, dijo Galán en entrevista con Blu Radio. 

Pero, al interior del Palacio Liévano y los expertos que ven la administración desde afuera, aseguran que, de fondo, hay temas más estructurales. Sobre el efecto que han tenido las encuestas en la Alcaldía, desde la consejería de comunicaciones le dijeron a La Silla que tienen una estrategia de ciudad, que quedó enmarcada en el Plan de Desarrollo. Y que se mantienen en la línea delimitada por esas metas técnicas, sin que el resultado en las encuestas cambie la dirección.

Estas son las claves detrás del golpe de las encuestas para Galán:

1. La desaprobación se dispara, la aprobación resistente

Galán mantiene un núcleo fuerte de aprobación, pero su desaprobación dio un salto grande. 

Según la Invamer Poll, que se mide a alcaldes hace casi dos décadas, el alcalde de Bogotá comenzó su periodo con una desaprobación del 24%. Dentro de las últimas cuatro administraciones en la capital, Galán es el segundo alcalde al que más le ha aumentado la desaprobación, llegando a 44% en la última Invamer. Un aumento de 20 puntos porcentuales. 

El único alcalde que supera a Galán es Gustavo Petro, quien pasó de una desaprobación de 43% a 65% en su primer semestre en el 2012, un aumento de 22 puntos porcentuales. 

El salto es mucho mayor que la desaprobación de las alcaldías de Enrique Peñalosa, que aumentó nueve puntos porcentuales en el primer semestre de 2016 y la de Claudia López en 2020, que se mantuvo estable. 

Mientras tanto, en aprobación Galán ha pasado de un 54% en febrero a 47% en junio. En comparación con los últimos cuatro alcaldes de la ciudad, ese cambio es pequeño, similar a los 6 puntos porcentuales que perdió Enrique Peñalosa durante los primeros seis meses de su gobierno en 2016. Y está lejos de la caída de 18% que tuvo Petro en su momento o el 19% que alcanzó López en el mismo periodo. 

Durante los primeros seis meses de las alcaldías es difícil mostrar resultados, no solo por el corto tiempo que llevan, sino por las dificultades para ejecutar al tiempo que deben cumplir con engorrosos trámites como la aprobación del Plan Distrital de Desarrollo, que el Concejo le aprobó al alcalde en mayo. 

“La gestión en estos primeros seis meses tiende a ser muy burocrática, por eso no es tan visible para las personas y se percibe que no se ha hecho mucho”, dice Lina Marcela Quiñones, experta de la Red Cachaca de La Silla. 

Al interior de la Alcaldía, la presión por mejorar la imagen del alcalde llega, precisamente, de quien fue la cabeza del periodo de planeación. El exsecretario de esa cartera, Miguel Silva, llegó a la secretaría general de la Alcaldía en junio. 

Según le contaron a La Silla dos fuentes de la administración, que piden la reserva de sus nombres para hablar sobre conversaciones privadas, Silva es quien ha empezado a manifestar su preocupación por la caída en la encuesta. Incluso, ha empezado a hablar de la necesidad de repensar la estrategia de comunicación de los logros de cada cartera.

“Era una sensación latente, pero la última encuesta de Invamer la terminó de despertar. A Miguel le preocupó eso”, cuenta una de las fuentes. 

Sobre el tema, el secretario general Silva le dijo a La Silla que las encuestas “no hay que subestimarlas, ni tomarlas a la ligera, son un instrumento de retroalimentación, pero no el único insumo”. “Para nosotros es importante hacer la lectura, pero yo no he sido quien tenga la mayor preocupación, esto es más un asunto de cómo coordinamos el gobierno”, agrega.

2. El foco arriesgado en la seguridad 

A las 6 de la mañana del 2 de julio, el alcalde anunció la captura de 37 personas, en una rueda de prensa con los esposados detrás del mandatario, su secretario de Seguridad, César Restrepo; y el brigadier general, José Daniel Gualdrón, el comandante de la Policía Metropolitana. 

La última rueda de prensa así fue ayer. La escena se ha convertido en una constante en esta alcaldía, que le apuesta a mejorar la percepción de inseguridad de la ciudad con una puesta en escena de los capturados, detrás de los funcionarios que prometen más mano dura para una “Bogotá camina segura”, como reza el eslogan con el que se hizo escoger el alcalde Galán. 

Pese a las muestras de mano dura contra la criminalidad, el 60,5% los bogotanos siguen sintiéndose inseguros, según la Invamer. Esto, pese a que, según cifras de la Policía Metropolitana, de los 13 delitos de alto impacto que afectan la ciudad, solo la extorsión y las lesiones personales han aumentado durante el primer semestre de 2024, en comparación con el mismo periodo del año pasado.

“No es solamente Bogotá, si uno mira la encuesta a nivel nacional y en las otras ciudades, el tema de la seguridad es el que más preocupa a los colombianos”, dice Hugo Acero, quien fue secretario de Seguridad durante la alcaldía de Claudia López. 

Para Acero, aunque las cifras estén disminuyendo, la percepción no solo responde a acciones de seguridad y justicia. “La gente ve que la ciudad está sucia, falta de iluminación en las noches, habitantes de calle, y todo eso afecta la percepción”, dice. 

Aunque la Alcaldía ha venido adelantando acciones de mejora de andenes y el espacio público, la mayor contundencia la ha tenido el discurso de mano dura en contra de las estructuras criminales. Sin embargo, el ruido que genera el número de bogotanos que conocen a alguien que ha sido víctima de un delito, y los videos virales de robos en redes, le resta importancia a los dos esfuerzos. 

Además del bajo porcentaje de denuncias que revela la encuesta Invamer, que incluyó un índice de victimización, en el que le preguntan a los 400 encuestados si han sido víctimas de algún tipo de delito en el último año. El porcentaje que respondió positivamente en abril era de 44%, mientras que en la versión de junio aumentó a un 53% de los encuestados. 

A pesar de este aumento, el porcentaje de personas que deciden no denunciar se mantiene alto. El 49% prefiere no hacerlo, mientas que el 51% de los encuestados les hizo saber a las autoridades lo que ocurrió. 

“Eso demuestra que ha aumentado el número de personas que han sido víctimas de un delito, porque los indicadores, que han mejorado, se construyen a partir de las denuncias, pero la gente no está denunciando”, agrega el exsecretario Acero.

3. Con el agua, se cerró el chorro de aprobación

Después de tres meses de racionamiento en la capital, el alcalde anunció que la medida, efectiva en un 17% para llenar los embalses que hacen parte del sistema Chingaza según la Alcaldía, se relajaría. 

“Gran parte de la caída en las encuestas pudo haber sido el racionamiento extendido. Al principio se veía la urgencia en la medida, pero después de tantos meses, sin comunicación clara de cuándo va a cambiar o acabar, ha afectado bastante“, dice Quiñones, de la Red Cachaca.

La estrategia de racionamiento de agua tomó por sorpresa a la administración, que no contaba con la preparación para enfrentarla. El manejo de la situación fue criticado, a diferencia de los incendios de los cerros orientales en enero. Con el paso de los turnos y la repetición de gráficas, los expertos empezaron a reclamar a la Alcaldía por la comunicación, metas y visión a largo plazo. 

El agua no está incluida dentro de las preocupaciones contempladas por las encuestas, pero los expertos consultados para esta nota coinciden en que se trata de uno de los grandes cobros que le hacen los bogotanos al alcalde. “Una medida restrictiva de siete meses es complicada de manejar”, agrega la experta. 

Los niveles de Chingaza han aumentado, que es clave, pues este sistema suministra más del 70% del agua potable de la ciudad y que llegó a estar por debajo del 20% de su capacidad. Pero en redes sociales empezó a crecer el inconformismo con la medida y su verdadero impacto en los niveles de los embalses. 

Además de la larga duración de la medida, para Daniel Jaramillo, investigador de telecomunicaciones y transporte urbano, también hay rechazo por los daños que ha generado en la infraestructura de la ciudad. “Los daños en los tubos por los cambios de presión afectan la sensación de que las medidas sean urgentes o necesarias”, explica. 

4. Gobernar sin una insignia clara 

“Desde el principio, Galán no se comprometió a hacer grandes obras que le cambien la cara a Bogotá, se comprometió a gobernar. Y eso está bien”, dice Darío Hidalgo, profesor de transporte y logística en la Universidad Javeriana. 

La Alcaldía arrancó con una promesa para  “construir sobre lo construido”, como ha llamado el Galán a la continuación de grandes proyectos que empezaron los periodos pasados, incluyendo a la de Claudia López, que también luchó por gobernar sin una gran narrativa en la que pudiera enmarcar su gestión. 

“En temas de infraestructura y movilidad hay un avance positivo, porque ha habido un seguimiento muy estricto de las obras en Bogotá”, dice el experto Jaramillo. Explica que la administración ha estado muy encima de las obras y ha tenido un éxito temprano, en la entrega temprana de algunas obras, como la Avenida Guayacanes, la ampliación de Transmilenio en la 68 y el puente de esa misma calle sobre la Avenida El Dorado. 

Sobre el tema, Hidalgo, explica que “nos falta entender que ejecutar también es avanzar los contratos que están en marcha, que están importante como contratar nuevos proyectos”. Las encuestas muestran que, hasta ahora, muchos ciudadanos no lo ven así.

Pese a las encuestas, Silva, quien estuvo liderando el Plan de Desarrollo desde la Secretaría de Planeación, dice que la alcaldía sí tiene grandes temas diferenciadores. “Tenemos hitos en cada sector, que no son la continuidad del gobierno anterior”, dice. Habla, por ejemplo, del aumento del presupuesto en seguridad en un 60%, del enfoque ambiental e integración social. “Tenemos unas grandes apuestas que son muy distintas al gobierno anterior y buscan mejores resultados”, concluye,

5. El tono “tibio”

La actitud conciliadora del alcalde le ha ganado una fama en redes sociales de “tibio” e, incluso, de “dormido”. La imagen de Galán dormido en una silla durante la campaña se ha convertido en un meme de los críticos de su gestión.

“Ese es el tono del alcalde, Carlos Fernando nunca va a gritarte o a pelear en público, la única manera de saber que está bravo es cuando empieza a hacer muchas preguntas”, dice una de las fuentes de la alcaldía. 

Ese mismo semblante sereno que se ve hacia afuera, también genera problemas en el interior de la administración. Según tres fuentes, los funcionarios de la Alcaldía aún esperan que el alcalde sea más certero a la hora de dar instrucciones y tomar decisiones rápidas sobre temas clave.

“Galán se demora tomando decisiones, porque revisa hasta el más mínimo detalle”, cuenta uno de los miembros de gabinete, quien pide no publicar su nombre para hablar del detrás de escena de la Alcaldía. Otra fuente de adentro dice que, por esa característica de microgerente, los funcionarios no responden con la misma rapidez.  “Ha sido un cambio que no alcen la voz al dar instrucciones, lo que choca con muchos que solo cumplen a los putazos”, dice. 

“Sabemos que todas las carteras están logrando metas y mejorando indicadores, y lo comparten en sus redes sociales, pero mientras no se trate de una estrategia organizada de la Alcaldía, va a ser muy difícil que estos logros lleguen a los oídos bogotanos”, concluye la fuente de la administración.

Cubro al gobierno de Carlos Fernando Galán en Bogotá. Empecé como periodista del En Vivo y escribiendo sobre política exterior, la relación con Venezuela y migración. Soy politóloga e historiadora de la Universidad de los Andes. Escríbame a mrestrepo@lasillavacia.com